
Queridos amigos educadores.
Con este título ha escrito Benedicto XVI una preciosa carta para la diócesis de Roma, que es perfectamente aplicable a nosotros:
Ante todo, (la educación) necesita esa cercanía y esa confianza que nacen del amor: pienso en esa primera y fundamental experiencia del amor que hacen los niños, o que al menos deberían hacer, con sus padres. Pero todo auténtico educador sabe que para educar tiene que dar algo de sí mismo y que sólo así puede ayudar a sus alumnos a superar los egoísmos para poder, a su vez, ser capaces del auténtico amor.
Os invito vivamente a que la leáis y la trabajéis profundamente. La podéis encontrar pinchando aquí.